sábado, 28 de marzo de 2009

Sexo y Estudios

Hablemos de sexo…

Imitando a Grondona, puedo comenzar diciendo que la palabra sexo proviene del latín sexus, y se refiere a la condición masculina o femenina de animales y plantas, según la Real Academia Española. Se cree que deriva de la palabra secare (que significa cortar o separar), ya que divide a los individuos en varones y mujeres. Hoy en día, sin embargo, se está reemplazando esta palabra por género (imitando al uso del término gender en inglés), lo cual es gramaticalmente incorrecto, ya que, en español, género sólo puede usarse para referirse a objetos, cosas, y no a personas.
Pero convengamos que en nuestra vida cotidiana le damos a la palabra sexo una connotación mucho más interesante. Sexo se utiliza como sinónimo de relación sexual, copulación o coito (podrías ser original y decirle a tu pareja que esta noche querés una copulación desenfrenada), y su definición dice algo así: acto en el cual el órgano reproductivo masculino penetra en el tracto reproductivo femenino (no suena ni muy excitante ni divertido). Aunque pueden experimentarse también penetraciones de órganos no sexuales (oral o anal) con órganos no sexuales también (dedos, lengua, imagínense el resto) e implementarse la gran variedad de juguetes que hay en el mercado.
La mayoría de los animales sólo tiene relaciones sexuales con fines reproductivos, durante el período fértil de la hembra. Hay unas pocas excepciones, que pueden hacerlo en cualquier momento del ciclo reproductivo e incluso con compañeros del mismo sexo, se cree que principalmente por placer y para estrechar lazos sociales. Entre ellos se encuentran los chimpancés, los delfines y, aunque usted no lo crea, el ser humano. En el caso de la última especie mencionada, los expertos aseguran que el acto sexual se lleva a cabo casi exclusivamente por placer y es un factor de vínculo muy fuerte, así como una expresión de amor e intimidad emocional.
Tanto en el juego previo como durante el acto sexual se activan y entran en acción el sistema nervioso central, el sistema nervioso autónomo y casi todos los tejidos del cuerpo, especialmente las fibras periféricas, la médula espinal, ambos hemisferios del cerebro y el hipotálamo. Es por ello que las caricias (también lo besos, roces de piel y otras cosas que se te ocurran) aumentan la excitación, al estimular numerosas terminales nerviosas.
Como si esto fuera poco, el sexo tiene numerosos beneficios para la salud. Es un ejercicio que quema más de 170 calorías por hora (y es muchísimo más entretenido que ir al gimnasio o salir a correr), alivia el estrés, refuerza el sistema inmune (aumentando los niveles de IgA), mejora la salud coronaria, aumenta el autoestima, reduce el dolor (porque se secreta oxitocina) y el riesgo de padecer cáncer de próstata o incontinencia urinaria (al tonificar los músculos pélvicos), mejora el sueño y el sentido del olfato, baja la presión sanguínea, mejora el humor, aumenta la generosidad (es increíble pero hay un trabajo científico que lo demuestra) y estrecha los lazos entre la pareja. Es el ejercicio ideal si estabas planeando empezar una dieta y sos un queso para los deportes.
Elegí concluir con una frase de Richard P. Feynman, uno de los físicos modernos más importantes y renombrados, que, más allá de la física, me parece que describe muy bien a la ciencia básica en general:
“La física es como el sexo. Está claro que puede tener algunos resultados prácticos. Pero no lo hacemos por eso.”
Y les dejo unas posiciones del Kamasutra muy útiles ahora que empezaron las clases y hay que volver a estudiar y tragar páginas y páginas de apuntes y libros.
Natali





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